La Ley Nacional de Seguridad de Tránsito y Vehículos Motorizados otorga a la NHTSA la autoridad para emitir estándares de seguridad de vehículos. Estos estándares deben ser acatados por todos los fabricantes de automóviles.
Sin embargo, hay ocasiones en que los fabricantes detectan un defecto de seguridad en los vehículos que ya salieron al mercado, y que fueron adquiridos por algunos conductores. En estos casos, los fabricantes notifican a la NHTSA, al igual que a los concesionarios, distribuidores y propietarios del vehículo, e inician un procedimiento que se conoce como “retiro de vehículos”.
A través de este procedimiento se notifica a todas las partes involucradas que se ha encontrado un defecto de fabricación que puede poner en riesgo la seguridad de los conductores, aunque hay ocasiones en las que el defecto no necesariamente tiene que ver con problemas de seguridad. Posteriormente, los fabricantes inician estos retiros, solicitando que los autos sean llevados a un concesionario local, en donde tendrán que resolver el problema sin ningún costo extra para el propietario.
Lamentablemente, las investigaciones han observado que el 72% de los estadounidenses no hacen caso a estas notificaciones, lo que puede no ser una buena decisión.
Si recibes una de estas notificaciones, es importante que llevar tu auto con un concesionario sea una prioridad. Podría ser o no un defecto de seguridad, o no haber tenido ningún problema hasta el momento, pero ¿por qué correr el riesgo cuando ya pagaste por tu vehículo? Es mejor tomar todas las precauciones posibles que arriesgarte a tener un accidente.
Antes de ignorar uno de estos avisos o notificaciones, es buena idea utilizar la herramienta de retiro de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras en www.nhtsa.gov/recalls o el sitio web del fabricante de tu automóvil. Al introducir el número de identificación de tu vehículo, la marca y el modelo, podrás asegurarte de si está incluido en el retiro de vehículos y tomar las acciones pertinentes.
Recuerda que la seguridad y la de tu familia son lo más importante, y que más vale prevenir que lamentar.