Sabemos que cuando nos encontramos detrás del volante debemos de poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo. Y mucho se ha hablado de cómo la conducción distraída es una de las principales causas de los accidentes automovilísticos.
Comer, hablar por teléfono, enviar mensajes de texto, maquillarse, etc., son solo algunas de las actividades que sabemos que debemos evitar a la hora de conducir. Además, por supuesto, de no consumir bebidas alcohólicas, drogas, o medicamentos de prescripción médica antes de manejar.
Pero ¿sabías que manejar mientras experimentamos un estado emocional alterado también puede poner en riesgo nuestra seguridad? Las emociones intensas pueden llegar incluso a nublar nuestra capacidad de razonamiento, poniéndome en riesgo a mí, a mis pasajeros, y a otros conductores.
¿Cómo nos afectan las emociones intensas cuando manejamos?
Ya sea que te sientas sumamente triste, asustado, enojado, estés llorando, o incluso te sientas sumamente eufórico, nuestra capacidad para reaccionar de manera rápida puede disminuir drásticamente. También nuestra concentración y nuestra capacidad para tomar decisiones.
Un conductor enojado tendrá una mayor tendencia a manejar de manera agresiva y a perder toda paciencia con las personas que se pueda encontrar en el camino. Llorar puede bloquear tu visión, y hacer que tengas una visión de “túnel” en la que tal vez no puedas identificar otros peligros u obstáculos a tu alrededor; y temblar puede hacer que sea difícil controlar tu vehículo, mantenerte en tu carril, e incluso poder juzgar las distancias de manera correcta.
Las causas más comunes que pueden provocar que nuestro estado emocional se altere incluyen discusiones con nuestros seres queridos, jefes, o compañeros de trabajo; estrés por situaciones familiares o laborales, rupturas amorosas, enfermedades o fallecimiento de personas cercanas a nosotros, recibir malas noticias, entre otras.
Procura calmarte antes de manejar
Si te encuentras en una situación que dispara tus emociones de manera intensa, lo mejor es que evites manejar en esos momentos. Pide un taxi, un servicio de viaje compartido, o a algún amigo o familiar que te lleven a donde tengas que ir. Si ya te encuentras manejando, sal del camino de manera segura, haz ejercicios de respiración, y pide ayuda. No pongas en riesgo tu seguridad.